Estoy escribiendo desde Chile. Un país que es considerado una de las mejores economías de latinoamerica. Además de un verdadero "milagro" del modelo neoliberal para países pobres o en desarrollo.
Y sin lugar a dudas esto es verdad. Comparado con países como Bolivia, Perú, Ecuador y la misma Argentina, Chile por su economía sobria y equilibrada destaca en el continente. Lo mismo ocurre con la institucionalidad. A diferencia de la seguidilla de "golpes de la calle" que ponen y sacan Presidente, Chile ha mantenido una trayectoria institucional casi impecable desde el retorno a la democracia.
Pero visto las cosas con frialdad nos encontramos que este país basa su economía en la exportación de materias primas; fundamentalmente productos agrícolas y minerales. Es decir, esta en la etapa inicial del comienzo de la civilización y de la propia fundación de Chile como país.
Esto tiene un efecto en formación de su población. La demanda real del mercado es de mano de obra más o menos calificada (operarios mineros y agrícolas y empleados del sector servicios) y no produce gente calificada para la creación e innovación tecnológica.
De allí que en materias educacionales Chile esta a la altura de Ghana, en Africa. Tener uno de los peores sistemas educacionales del continente es un tremendo y expuesto talón de Aquiles.
Recién se ha aprobado una Ley mediante la cual se va a evaluar a los profesores (otrora la única carrera con un cargo inamovible) , es un buen comienzo .
Pero, del mismo modo, también se han aprobado nuevas reformas Constitucionales, tendientes a consagrar el centralismo político. La clase política gobernante es y lo hace desde Santiago, su ciudad capital, y principal metrópolis. Se suprimió que los postulantes al Senado al menos residan en la región por la cual postulan. Si bien esto nunca rigió, al menos era un pequeño cortapisa. Ahora , el país se lo reparten los jefes de los dos grandes grupos políticos . Las disimiles regionales de Chile (que van desde el desierto más árido a los hielos eternos) son gobernadas desde Santiago y sus representantes en el Congreso de la República son designados desde Santiago. Otro gran talón de Aquiles en sus planes de desarrollo. Un centralismo exacerbado en un país con tantas características distintas y oportunidades distintas es fatal para sus pretenciones de desarrollo.
Pero, nadie parece prestarle atención a estos asuntos.